lunes, octubre 23, 2006

Uno



"Magnolia"
Acrílico sobre tabla.
35 x 35 cm.


La magnolia sale de sí misma, o sea, nace de algo parecido a un huevo vegetal, sólo que cuando se abre no dice ni pío, porque esta flor vive su majestuosa vida en un silencio sosegado, silencio que tan sólo interrumpe para exhalar su aroma, aroma que se expande por el paisaje de tal manera que es capaz de atravesar el Paseo del Prado y llegar hasta la parada del autobús.

Las flores, de momento, me proporcionan líneas y colores apetecibles para trabajar, pero más allá de los temas, lo importante es pintar, y pintar es otro cantar, pintar es resolver problemas, por un lado problemas de índole práctico, componer, dar color, buscar un equilibrio, pero además la pintura para mí también es algo espiritual, un ritual de soledad y silencio, por donde pasan, como si de un filtro se tratara, todos los minutos de mi vida.