El pincel atraviesa el aire con su carga de color, un gesto conocido, repetido, siempre igual y siempre diferente. En su breve paseo recoge mínimas porciones de aire que mezcla enérgicamente con la pintura, mientras ésta se adhiere a la tabla que preparé con mis manos. Ese es el aire que respiro habitualmente. Pintura, envoltura del presente. Carmen Varela.
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